“Un trabajo bien hecho hoy, da los frutos del mañana”
Año a año, la ciencia nos acerca a comprender los diferentes procesos fisiológicos de las especies frutícolas actuales, permitiéndonos obtener el mayor provecho a nuestros manejos productivos. Un ejemplo de esto es el reconocimiento de la postcosecha como etapa de gran impacto en la calidad y rendimiento del arándano de la próxima temporada, ya que en ella ocurre el proceso de diferenciación floral, etapa clave que determinará la base productiva para la siguiente temporada. Por eso es esencial poner atención sobre diversos aspectos para no impactar de manera negativa en la producción venidera:
Es crucial asegurar una óptima fertilización base después de la cosecha de los frutos, y el uso de estrategias tanto hídricas como de bioestimulación para evitar que la planta sufran estrés producto de las altas temperaturas de verano, Pero además otro factor importante es que los azúcares producidos en post cosecha y los nutrientes incorporados en la fertilización puedan mantenerse disponibles como reservas para la siguiente temporada, ya que en las primeras etapas de floración/brotación, el crecimiento será sustentado principalmente por las reservas que la planta haya sido capaz de generar, movilizar y finalmente acumular en sus distintas estructuras de reserva (raíces, brotes y yemas) en el período previo a la dormancia.
Hoy por hoy el productor se enfrenta a la siguiente dificultad: Producto del cambio climático el aumento de las temperaturas del otoño ha retrasado la caída de las hojas y, con ello, la entrada a receso invernal, lo que resulta en desórdenes fisiológicos en la planta. Por tanto, es fundamental impulsar la entrada a receso para una óptima acumulación de reservas y evitar impactos en la brotación de la siguiente temporada. Una solución a esta problemática es aplicar Nitrate Balancer Plus, fuente de Boro (B) y Molibdeno (Mo). El B es esencial para el transporte de azúcar a través de la membrana celular ya que participa en la producción de la enzima que permite sintetizar la sacarosa, principal forma de transporte de los azúcares a lo largo de los tejidos del floema. Inhibida su síntesis se ve afectada la translocación de fotosintatos formados en las hojas. Además, la falta de B da como resultado una mayor producción de calosa, un compuesto similar a la celulosa que bloquea los tejidos del floema, impidiendo el transporte. Por su parte, la importancia del Mo radica en ser parte fundamental de la estructura de la enzima Nitrato Reductasa, que regula los niveles de Nitrógeno en la planta. Al existir deficiencias de Mo, se verán afectados los procesos de formación de proteínas y aminoácidos en postcosecha. Además, el Mo es un componente esencial en la síntesis de ABA, ya que actúa en la etapa final de la formación de ABA como cofactor de la aldehído oxidasa, por lo que si no existen niveles óptimos de ABA, no se logra una entrada satisfactoria al receso invernal.
La aplicación de productos inductores del receso en la planta permite una adecuada traslocación de azúcares de las hojas a los órganos de reserva, mejorando la futura brotación y ayudando también a acelerar el proceso de lignificación de los tejidos que estarán expuestos al frío invernal, evitando que las heladas tempranas produzcan daños en las estructuras frutales de la siguiente temporada.
Por: Marcelo Illanes